Es una condición en que una persona bebe alcohol en exceso a pesar de las consecuencias negativas que le produce esa conducta. Las personas que sufren de alcoholismo habitualmente dicen que, a lo largo del tiempo, han desarrollado tolerancia al alcohol, esto es, necesitan cada vez más cantidad de alcohol para lograr el efecto deseado. Otras personas describen síntomas de abstinencia física y psicológica cuando dejan de beber. También hay personas que cuentan que logran dejar de beber durante varias semanas debido a que así lo decidieron, pero constantemente vuelven a recaer en el consumo a pesar de que habían decidido no hacerlo.
Cada persona vive su propio proceso cuando decide hacerse cargo de su alcoholismo. Es sumamente común que la mayoría desee lograr la meta de beber controladamente. Algunos, en la marcha, se dan cuenta que el mejor camino para ellos es buscar la abstinencia total de por vida. Otros deciden mantener una abstinencia total por algunos meses solamente y más adelante probar cómo les va bebiendo en forma controlada. Algunos desde el primer día tienen claro que desean beber controladamente y no aceptan la posibilidad de realizar una abstinencia total de algunos meses de duración. El tiempo y resultados logrados le irán señalando cuál es el camino que más sentido le hace a usted.
Un consumo perjudicial de alcohol puede manifestarse de diferentes formas según las características y hábitos de cada persona. El denominador común de todas estas diferentes formas es la pérdida de control de la conducta. Si uno trata de cambiar pero le es difícil, o si uno quiere beber solamente un vaso pero no logra cumplir su plan una vez que comenzó a beber, si bebe pese a que ello directamente daña a otros, son algunos ejemplos de señales de que se está perdiendo el control del hábito.
Es muy común que las personas aprendan que bebiendo y estando bajo los efectos del alcohol logran sentirse de una forma que les gusta, lo cual no logran conseguir de otra forma. A veces se dan cuenta que bebiendo se desconectan de problemas que los aquejan. En algunas oportunidades la cantidad de alcohol o frecuencia con que se bebe no es el problema, sino que el problema radica en que se está utilizando el alcohol para tapar otros problemas de fondo más importantes. La relevancia de darse cuenta de esto yace en que cuesta mucho abordar los temas de fondo en un tratamiento de salud mental sin antes suspender el hábito de consumo perjudicial de alcohol.
Los estudios científicos demuestran que todas las adicciones tienen un componente biológico heredable y un componente ambiental externo. La arista biológica es abordable a través de terapia farmacológica y psiquiátrica y la dimensión ambiental es trabajable a través de terapia psicológica individual, de pareja, familiar y grupal, según cada caso. Como todo problema de salud, el consumo perjudicial de alcohol sí tiene tratamiento.