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Prototipos de bebedores y consumo de alcohol en adolescentes

Prototipos de bebedores y consumo de alcohol en adolescentes

Como vimos en el artículo del 7 de Julio de 2020, es muy importante retrasar al máximo posible la primera ingesta de alcohol en adolescentes para reducir la probabilidad de desarrollar un consumo abusivo en el futuro. En esta línea, también sería interesante conocer en qué adolescentes sería efectivo focalizar los esfuerzos por retrasar este consumo.

La forma de beber en los adolescentes está influida por la imagen que tienen acerca de los estereotipos del “bebedor” o “el abstemio” o como el grupo de amigos percibe el “beber”. Esto es lo que se conoce como “PROTOTIPOS DE BEBEDORES”.

El prototipo de “bebedor” puede ser percibido como MOLESTO o AMISTOSO, mientras que el “abstemio” puede ser percibido como RESPONSABLE o ABURRIDO.

Hay estudios que observan una asociación entre el prototipo que tiene el adolescente y el posterior uso de alcohol. Es decir un prototipo favorable del “BEBEDOR” se asocia a un mayor uso de alcohol, mientras que un prototipo favorable del “ABSTEMIO” predice un menor uso de alcohol en contextos sociales. La percepción de los adolescentes acerca de su propio parecido con un determinado prototipo también influye en las características del consumo.

La valoración de los prototipos y la autopercepción de parecido con un prototipo determinado interactúan influyendo en la conducta bebedora de alcohol. Esta relación sería más notoria en hombres que en mujeres.

Un estudio holandés del año 2017 reclutó a 599 adolescentes de 3 colegios con una edad promedio de 17 años. El 82% de la muestra había consumido alcohol el mes pasado; el 64% bebió 5 o más vasos de alcohol al menos en una ocasión el mes pasado (Binge Drinking) y estos consumieron en promedio 5 a 6 vasos de alcohol en la semana previa.

Al comienzo del estudio se evaluó el parecido que ellos sentían tener con los distintos prototipos de bebedores, y la evaluación que hacían de cada uno de estos prototipos. Luego se hizo un seguimiento de 14 semanas para evaluar el consumo de estos adolescentes. La segunda parte del estudio la respondieron 77 adolescentes de género masculino.

A los adolescentes participantes del estudio se les presentaron tres prototipos:

  • a) El que nunca bebe o que bebe muy raramente.
  • b) El que bebe moderadamente.
  • c) El que bebe en exceso.

Se les pidió a los adolescentes que evaluaran en una escala del 1 al 5 como percibían cada uno de los prototipos desde 1 (nada de positivo) hasta 5 (muy positivo). Además se les solicitó que contrastaran qué tan parecidos se percibían a ellos mismos en relación a cada uno de los tres prototipos. Posteriormente, en el seguimiento se evaluó el consumo de estos adolescentes en reuniones sociales con sus amigos.

Los resultados arrojaron una correlación positiva entre el consumo de alcohol y el parecido con el prototipo de bebedor en exceso y una correlación negativa con la evaluación y parecido del prototipo abstinente. No se encontró una correlación entre la evaluación positiva del prototipo de bebedor excesivo y el consumo de alcohol. Tampoco hubo una correlación entre la evaluación y el parecido del prototipo de bebedor moderado y el consumo de alcohol.

Sí hubo una correlación entre la evaluación positiva del prototipo abstinente y un bajo consumo de alcohol. No ocurre lo mismo con el parecido con el prototipo abstinente y el consumo de alcohol.

Este estudio coincide con otros estudios que también concluyen que cuando el adolescente se percibe a sí mismo como parecido al prototipo de bebedor en exceso, es más probable que tenga un consumo excesivo, independiente de la evaluación positiva o negativa que tenga acerca de ese prototipo. Es decir, el sentirse parecido al prototipo bebedor en exceso es un potente predictor de consumo en exceso en reuniones sociales. Esta información es valiosa si nos preguntamos donde focalizar intervenciones preventivas para el consumo abusivo de alcohol.

En nuestro país la propaganda comercial de alcohol, ha ido mutando en su población objetivo, dirigiéndose a una población más joven, especialmente adolescentes. Esto parece ser una muy mala estrategia, puesto que la identificación del adolescente con el prototipo bebedor puede potenciarse al exponerse a este tipo de información cuyo objetivo es aumentar las ganancias de los productores, pero con un costo en nuestra juventud que lamentablemente vemos a diario, especialmente durante los fines de semana.

JORGE LUENGO AHUMADA

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Abuso de alcohol en adolescentes y efectos morfológicos en el cerebro

Abuso de alcohol en adolescentes y efectos morfológicos en el cerebro

Un tercio de los adolescentes entre 15 y 19 años consumen alcohol. En Europa, aproximadamente la mitad de los adolescentes entre 15 y 16 años bebieron alcohol en el último mes. En Chile, el Décimo Tercer Estudio Nacional de Drogas en Población General, 2018 del SENDA, evidencia una prevalencia de consumo de alcohol de 18,7% en adolescentes de 12 a 18 años.

La edad de comienzo del consumo de alcohol juega un rol importante en la probabilidad de desarrollar dependencia al alcohol en la vida adulta. El 15% de los adultos que comenzaron a beber a los 14 años o antes cumplen criterios de dependencia o abuso de alcohol. Si el comienzo del consumo es entre los 15 y los 17 años, solo el 9% cumple los mencionados criterios. Estas estadísticas dan cuenta de la importancia que tiene el retrasar lo más posible el inicio del consumo de alcohol con el objetivo de disminuir al máximo la posibilidad de desarrollar una dependencia.

Hay estudios en adultos que demuestran la asociación entre el consumo abusivo de alcohol y disminución del volumen de materia gris en el córtex cingulado anterior, el giro frontal superior, medial, medio e inferior, giro orbitofrontal, giro temporal medial, giro occipital medial, hipocampo, corteza insular, tálamo y cerebelo.

En adolescentes, entre las zonas más afectadas, están el hipocampo, corteza prefrontal y área temporal. Un estudio finlandés publicado el año 2016 en la revista “ADDICTION” hizo un seguimiento por 10 años de dos grupos de adolescentes de 40 individuos cada uno. En el primer grupo calificaron como bebedores pesados según el test para la detección del consumo abusivo de alcohol AUDIT-C, si puntuaron 4 o más puntos, de 12 totales, en el caso de los hombres y 3 o más puntos en el caso de las mujeres.

El segundo grupo, o grupo control, puntuó con un máximo de 2 puntos y no presentaron ingestas excesivas en ninguno de los 3 momentos en que se aplicó el test durante los 10 años de seguimiento. Entre los dos grupos no hubo diferencias en cuanto a edad o nivel educacional. Al cabo de los 10 años de seguimiento, se estudió mediante Resonancia Magnética Nuclear los cerebros de ambos grupos de individuos. En los consumidores pesados de alcohol se encontró un volumen menor de materia gris, comparados con el grupo de bebedores livianos, en la corteza cingulada anterior subgenual, corteza orbitofrontal derecha, giro temporal superior derecho y corteza insular derecha.

Este estudio revela la asociación entre el consumo pesado de alcohol en la adolescencia, durante un seguimiento de 10 años, y la reducción en el volumen de la materia gris en ciertas zonas cerebrales, en comparación a los bebedores livianos. Cabe mencionar, que el grupo de los bebedores pesados no alcanzaban a cumplir los criterios de un Trastorno por uso de Alcohol según el DSM-IV, pero sí se asociaba a cambios cerebrales. La ínsula es una parte de la corteza cerebral, cuya zona posterior está vinculada a la detección de claves internas interoceptivas y media la transmisión de estas claves hacia el córtex cingulado.

Volúmenes disminuidos en la corteza cingulada anterior y la ínsula posterior han sido asociadas a condiciones como el dolor crónico, la fibromialgia, la cefalea tensional y el lumbago crónico. Esto podría indicar que alteraciones en la ínsula posterior se ligan con alteraciones en la sensibilidad a mensajes interoceptivos.

Se cree que en adolescentes bebedores excesivos de alcohol, con alteraciones en la ínsula posterior, tendrían dificultades en detectar los efectos de abstinencia posteriores a una intoxicación con alcohol. Esto podría explicar el que continúen con el consumo excesivo a pesar de las consecuencias negativas. La disminución del volumen de materia gris puede ser un efecto tóxico del alcohol, pero también se puede hipotetizar que el alcohol afecta el neurodesarrollo de ciertas áreas cerebrales.

Además hay cierta evidencia de una predisposición genética de algunos individuos al desarrollo de un uso abusivo de alcohol y esta susceptibilidad se manifestaría en un menor volumen de la amígdala y de la corteza temporal superior. Por otro lado hay evidencia de que la abstinencia aumenta el volumen cortical de materia gris en el córtex cingulado anterior e ínsula después de 1 a 3 meses. Todos estos hallazgos coinciden con el hecho de que el giro cingulado anterior y el resto de las áreas frontales son de las áreas cerebrales que demoran más tiempo en desarrollarse y la ramificación de las neuronas de esta zona puede continuar hasta la segunda década de la vida. Esta maduración potencia el desarrollo del sistema límbico que regula las respuestas emocionales. Por esto, la falta de maduración en esta área predispone a conductas riesgosas. El menor volumen de la materia gris de la corteza cingulada anterior puede afectar el control de impulsos y errores de procesamiento cognitivo, lo que puede predisponer a un uso dañino de alcohol produciendo un círculo vicioso.

Todo este conocimiento naciente y aún incompleto acerca de la fisiología y fisiopatología cerebral en relación al uso de alcohol apunta hacia la necesidad de retrasar lo más posible el inicio del consumo de alcohol en adolescentes. Conocimiento que debe estar a disposición de profesores, padres y autoridades para tomar medidas en esa dirección y así disminuir la incidencia de consumo abusivo de alcohol y drogas en función de sus consecuencias en el ámbito médico, epidemiológico, familiar, vial, policial, etc.

FUENTE: http://www.cat-barcelona.com

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¿Cómo afecta el alcohol al feto en la embarazada?

¿Cómo afecta el alcohol al feto en la embarazada?

El porcentaje de mujeres alcohólicas está creciendo, pero se calcula todavía una proporción de 4 a 1 a favor del varón. El Síndrome Alcohólico Fetal (SAF) como consecuencia del consumo de alcohol durante el embarazo es, en realidad, cada vez más frecuente. El SAF se caracteriza por 4 categorías generales de anormalidad:

ilustración mujer embarazada

Facies característica. Las características faciales del niño afectado por este síndrome incluyen un rostro ancho, achatado, un puente nasal bajo y ancho, con pliegues epicantales y una nariz corta respingona. Destacan también las fisuras palpebrales relativamente estrechas, que en algunos casos se han visto asociadas a ojos pequeños o malformados.

Inicio prenatal de déficit de desarrollo. Los niños afectados por este síndrome fetal alcohólico exhiben generalmente déficit de desarrollo prenatal; además siguen creciendo mal en el periodo postnatal. El aumento de peso de estos niños es relativamente más lento que el crecimiento lineal. También el desarrollo postnatal del cerebro es deficiente en muchos de ellos, como se comprueba por la circunferencia craneal reducida, factor de gran preocupación ya que implica una disminución de la capacidad funcional.

Reducción de la función del SNC, incluido déficit mental. La característica más preocupante es el trastorno funcional del SNC. La mayoría de estos niños muestra un retraso significativo del desarrollo o deficiencia mental. El grado de alteración es variable, y puede ir desde anomalías mínimas hasta retraso mental severo. Además, estos niños con frecuencia son nerviosos o irritables en el periodo neonatal. Puede aparecer temblor, que persiste meses e incluso años, y en algunos casos, se ha comprobado que va asociado a una alteración permanente de la función motora fina.

Incremento de la frecuencia de anomalías mayores. Los niños con síndrome fetal alcohólico están también más predispuestos a anomalías estructurales mayores en el momento del parto. Algunos niños presentan lesiones congénitas cardíacas graves. En otros casos se han observado anomalías oculares severas, defectos esqueléticos axiales, anomalías renales, anomalías genitales menores y deformidades posicionales en extremidades, tales como pie zambo y luxación de cadera. En resumen, el alcohol es una droga peligrosa no sólo para la madre, sino también para el niño, pues existe una clara asociación entre alcoholismo crónico materno y anomalías graves morfológicas y de desarrollo en el feto. El alcohol es, por lo tanto, un riesgo evitable para el feto.

FUENTE: http://www.cat-barcelona.com

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El negativo impacto del consumo de alcohol en Chile

El negativo impacto del consumo de alcohol en Chile

El Alto consumo de bebidas alcohólicas en el país está dejando una huella desagradable. En la siguiente nota de T13, te invitamos a conocer los números que respaldan esta lamentable realidad.

Fuente: T13.cl

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Consumo de alcohol en pandemia

Consumo de alcohol en pandemia

El SENDA se encuentra haciendo un estudio acerca del consumo de drogas durante la emergencia sanitaria debido a la pandemia por COVID-19. Los primeros resultados corresponden a una encuesta online realizada entre el 6 y 27 de junio de 2020.

Se validaron 15.280 encuestas de las 16 regiones del país. 40% fueron contestadas por hombres y el 60% por mujeres. La mayor parte de los que respondieron la encuesta viven en la Región Metropolitana y del Maule.

Respecto al consumo de alcohol en los últimos 30 días, el 52% de los encuestados respondió que bebió menos de una vez por semana, pero al menos una vez al mes; el 30% una vez a la semana; el 12% más de una vez a la semana, pero no diariamente, 12% casi a diario y 16,6% diariamente. Respecto a la consulta acerca del cambio en el consumo de alcohol, en comparación a antes del COVID-19, El 42% respondió que ha disminuido su consumo durante la pandemia; un 33% ha mantenido un mismo nivel de consumo y un 21,4% ha consumido más que antes de la pandemia.

Esto podría ser más tranquilizador de lo esperado, dado que existía la idea de que el consumo durante la pandemia podría aumentar debido a la ansiedad y el confinamiento. Sin embargo no se debe dejar de lado la realidad de ese 21,4 % que sí confiesa haber aumentado su consumo de alcohol, puesto que es muy probable que esta población sea precisamente la que tenía algún problema en relación al alcohol. Por ejemplo bebedores abusivos que ven aumentado su consumo o bebedores con antecedentes de dependencia, que experimentan una recaída en el contexto de confinamiento.

Ante la pregunta de por qué ha disminuido su consumo de alcohol (en el grupo que así lo hizo) el 38% respondió porque hay menos oportunidades para consumir. El 22% por preocupación respecto a su estado de salud. El 10% para ahorrar dinero debido a la incertidumbre financiera secundaria a la pandemia y el confinamiento.

La respuesta mayoritaria parece tener que ver con las medidas de restricción al no poder ir a restaurantes y/o bares así como la restricción de movilización para reuniones sociales y toque de queda. Es decir, aunque no ha habido necesariamente una imposibilidad para comprar alcohol, han disminuido las instancias sociales para beber, lo que redunda en un menor consumo en aquella parte de la población con un patrón de consumo más bien social y/o moderado.

Frente a la pregunta: ¿Por qué ha aumentado su consumo de ALCOHOL como resultado de las restricciones del COVID-19? EL 51% respondió que por la ansiedad, estrés o depresión que genera el COVID-19. El 29% respondió que porque tiene más tiempo para hacerlo y un 10% por aburrimiento. Más de la mitad de ese 21,4% que respondió que aumentó su consumo durante la pandemia lo hizo por síntomas de la esfera ansioso – depresiva, es decir, aproximadamente un 12% de la muestra ha presentado síntomas, que está manejando con un aumento en el consumo de alcohol. Este grupo parece ser especialmente importante y donde valdría la pena focalizar esfuerzos en los albores de lo que se ha llamado la pandemia de salud mental que sucedería a la crisis epidemiológica.

Es un grupo donde se cruzan 2 variables: La aparición de síntomas psiquiátricos y el aumento del consumo de alcohol. Hay que considerar que este estudio se hizo en junio, por lo tanto ha pasado tiempo y falta que ocurran aún más cosas, que compliquen la situación económica y de bienestar subjetivo de muchas familias, debido a las consecuencias de la pandemia y de las medidas de confinamiento. Estudios en situaciones de catástrofe han evidenciado que después de tragedias, las dificultades económicas y la falta de apoyo social contribuyen a la mayor aparición de psicopatología. En el caso del grupo al que nos referimos habría que sumar un ingrediente más: el aumento en el consumo de alcohol de manera sintomática.

Dr. Jorge Luengo Ahumada

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36-personas-mueren-al-dia-alcoholismo

Estudio revela que 36 personas mueren al día por enfermedades asociadas al consumo de alcohol

La investigadora a cargo aseguró que «el costo de los daños que genera el consumo de alcohol puede ser hasta ocho veces superior al impuesto específico recaudado por el fisco en esta materia».

SANTIAGO.- Un estudio encargado por el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) reveló que cada día 36 personas mueren en el país producto del consumo de alcohol. El análisis estimó que el gasto para el Estado, atribuible al alcohol, fue de US$2.238 millones durante 2017, del cual más de la mitad tiene que ver con las 13.260 muertes anuales atribuibles al consumo de este tipo de bebida. La investigadora a cargo del análisis, Paula Margozzini señaló que «es impactante que el costo de los daños que genera el consumo de alcohol puede ser hasta ocho veces superior al impuesto específico recaudado por el fisco en esta materia».

Fuente: Emol.com Fuente: ElMercurio.com

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Senda lanza “Encuesta COVID-19” para saber si estamos consumiendo más alcohol y drogas durante la pandemia.

Senda lanza “Encuesta COVID-19” para saber si estamos consumiendo más alcohol y drogas durante la pandemia.

El consumo de alcohol en cuarentena es una situación que preocupa a las autoridades debido a los efectos que esto puede tener en la salud de las personas. ¿Qué tan perjudicial puede ser? O, ¿qué tan cierto es que estando en casa bebemos más?

Según la última Cadem, un 87% de los encuestados aseguró sentir ansiedad, nervios, angustia, estrés y cansancio en esta pandemia. Eso se suma al hecho de que en Latinoamérica somos uno de los países con mayor consumo de alcohol.

“Sabemos que esos sentimientos son los gatillantes del consumo del alcohol y las drogas. Pero no teníamos un instrumento específico para medir”, dijo Carlos Charme, director nacional del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda).

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Efectos del alcohol en el cerebro

Efectos del alcohol en el cerebro

Los efectos del alcohol en el organismo son muy numerosos, tanto a corto como a largo plazo, especialmente si se consumen bebidas alcohólicas con frecuencia. En nuestra sociedad es habitual tomar alcohol en acontecimientos importantes (bodas, reuniones familiares, fiestas con amigos, etc.), pero muchas veces no somos conscientes de que su abuso puede generar una multitud de daños a los distintos órganos de nuestro cuerpo. Además, el alcohol afecta fuertemente a nuestro sistema nervioso! Es conveniente conocer los efectos del alcohol en el cerebro:

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El cerebro es uno de los órganos más importantes del cuerpo y uno de los más afectados por el consumo del alcohol, además del hígado y el estómago. El consumo de alcohol altera las funciones cerebrales, desde las emociones (cambios drásticos de humor) hasta los procesos de pensamiento y de juicio. Aunque cada persona es diferente y tolera el alcohol de manera distinta, la ingesta de alcohol perjudica a todos por igual. Por ello, queremos indicarte cuáles son los efectos del alcohol en el cerebro y de qué manera influye en el funcionamiento de nuestro sistema nervioso central.

¿Cómo afecta el alcohol al cerebro?

Un consumo excesivo de alcohol puede causar daños irreversibles a las células cerebrales, algo muy frecuente en las personas con problemas de alcoholismo. Así, entre los efectos nocivos del alcohol en el cerebro, destacamos los siguientes:

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Afecta a las funciones cerebrales y altera el control motor (cambios de humor, reacciones más lentas, mala pronunciación al hablar, pérdida del equilibrio, etc).

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Altera la acción de los neurotransmisores: disminuye la alerta y el autocontrol, retarda los reflejos, produce cambios en la visión, pérdida de la coordinación muscular, puede producir alucinaciones, etc.

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Daña las células cerebrales de forma irreversible.

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Produce periodos de amnesia, alteraciones en la memoria, en la concentración y en la conciencia de diversa duración (minutos, horas, e incluso, días).

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Causa trastornos de sueño.

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Aumenta el riesgo de padecer depresión, ansiedad y estrés.

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Impide el correcto desarrollo cerebral en los adolescentes.

FUENTE: www.portalvidasana.com

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Consumo de alcohol en Chile

Consumo de alcohol en Chile

El consumo de alcohol es responsable de 3,3 millones de muertes en el mundo cada año, lo que equivale al 5,9% de las muertes a nivel mundial. (OMS, 2014). Además es el responsable del 5,1% de la carga mundial de morbilidad y lesiones.

En América se consume más alcohol que en el resto del mundo. Por si esto fuera poco, el alcohol tiende a mostrar más efectos y problemas de salud en los grupos socioeconómicos más desfavorecidos. Por ejemplo, en los países de ingresos bajos y medios bajos de América, los años de vida saludable perdidos por 100.000 habitantes por litro de alcohol son 337,1. Este indicador en los países de ingresos altos es de 189,6.

Esto da cuenta de los altos costos sociales que implica el consumo de alcohol en el mundo. Focalizándonos en nuestro país, la prevalencia por mes de consumo de alcohol asciende al 48,9% de la población. En la población escolar, los alumnos de octavo básico tienen una prevalencia mensual de consumo de alcohol de 16,6%. En cuarto medio es de 51,4%. La edad de inicio de consumo de alcohol es alrededor de los 13 años y es la droga más consumida por los chilenos.

imagen mapa de chile

Dentro de los países de la región, Chile se sitúa en el primer lugar en consumo con 9,6 litros de alcohol puro percapita en adultos. Este consumo de alcohol se focaliza en cortos periodos de tiempo (en promedio 1,6 días a la semana) a diferencia de otros países de alto consumo como Francia donde se consume casi todos los días de la semana y un porcentaje muy bajo de la población (menos del 5%) consume grandes cantidades de alcohol. (sobre 60 grs).

El consumo promedio diario en Chile por persona es 55 grs, es decir un patrón de consumo de “Binge Drinking”. Entre los 18 y 29 años el consumo promedio diario llega a los 80 grs. de alcohol puro al día.

Por otro lado, para estimar la cantidad de alcohol en un trago estándar, la OMS define una cantidad de 10 grs. de alcohol puro por trago. En el Reino Unido esta medida es de 8 grs., sin embargo en Chile se calcula que un trago promedio tiene 15,5 grs. de alcohol puro. En resumen en Chile se consume una gran cantidad de alcohol y este consumo se concentra en pocos días. Esto cobra vital importancia si consideramos que el alcohol es el principal factor de riesgo que causa muerte y discapacidad en Chile y se relaciona con el 12,4% de años de vida saludables perdidos por discapacidad o muerte. (AVISA). (El doble de los producidos por la obesidad o la hipertensión arterial).

La dependencia al alcohol es la cuarta enfermedad responsable de más AVISA perdidos (7.7%). Además se relaciona con otras enfermedades o problemas de salud como la Depresión, Cirrosis hepática, el suicidio, accidentes de tránsito y agresiones; violencia y delitos.

Dr. Jorge Luengo Ahumada
Médico Psiquiatra DBT VIVE